Utilizar el crédito para adquirir algo y pagar más tarde o a plazos es una opción habitual a la que recurren muchas familias para hacerse con bienes tan necesarios como la vivienda o un coche e incluso para afrontar el pago de los estudios de sus hijos o unas vacaciones. El problema surge cuando no tenemos en cuenta nuestra capacidad de gasto y las deudas que hemos ido adquiriendo nos conducen a una situación de sobreendeudamiento. A continuación, te contamos qué es el sobreendeudamiento, cómo gestionarlo y, sobre todo, cómo evitarlo para que mantengas una economía saneada.
¿Cómo se pasa de la deuda al sobreendeudamiento?
Se entiende por deuda al compromiso de devolver unos fondos obtenidos mediante la aportación de terceros en un plazo determinado. Adquirir una deuda de por sí no es algo malo, permite a las familias acceder a bienes y servicios necesarios y es un excelente aliado de los gobiernos y las empresas, ya que estimula el consumo, la competitividad y el crecimiento económico. Existen diferentes tipos de deuda privada:
- Deuda financiera: Es la que se adquiere a través de una entidad financiera y conlleva el pago de intereses, comisiones o gastos por la obtención de dichos fondos y su devolución posterior. Un ejemplo serían las hipotecas o los créditos personales.
- Deuda de consumo: Se trata de las cuantías pendientes de pago como pueden ser las deudas a proveedores o los recibos aplazados de suministros como la luz o el teléfono.
- Deuda líquida: Esta deuda es la que asumimos, por ejemplo, todos los meses cuando utilizamos la tarjeta de crédito para adelantar el pago de una compra. Es decir, cuando pagamos a crédito y el cargo se pasa al mes siguiente sin la aplicación de intereses ni gastos por la gestión.
El sobreendeudamiento se produce cuando la totalidad de las cuotas de las deudas adquiridas y otras obligaciones de pago superan nuestra capacidad de gasto. En otras palabras, cuando nos hemos comprometido a pagar más de lo que realmente podemos afrontar.
¿Cómo saber si estás sobreendeudado?
Lo más importante para saber si estás sobreendeudado es conocer tus ingresos y gastos para hacer un análisis de tu situación financiera. Los expertos calculan que el límite de capacidad de endeudamiento de una persona se encuentra entre el 35 % y el 40 % de sus ingresos netos mensuales. Además de esto, hay otras señales que podrían indicarnos que estamos sobreendeudados:
- Falta de liquidez: Si necesitas recurrir a los microcréditos para cubrir gastos cotidianos como la compra, la gasolina o los suministros básicos.
- Retraso en el pago de las facturas: Cuando se te acumulan las facturas porque aplazas el recibo de la luz, el teléfono o la calefacción.
- Necesidad de un préstamo para satisfacer otro: Esto ocurre cuando solicitas un préstamo para poder pagar las cuotas de otro o utilizas el crédito de la tarjeta para abonar los plazos de esta.
- Desequilibrio en el presupuesto: Si no eres capaz de aplicar la Regla 50/30/20, que consiste en destinar el 50 % de tus ingresos mensuales a las necesidades básicas, el 30 % a caprichos o gastos personales y el 20 % al ahorro.
¿Cómo solucionar el sobreendeudamiento?
Una vez has comprobado que efectivamente te encuentras en un escenario de sobreendeudamiento, lo más importante es poner en marcha un plan que funcione, sea fácil de incorporar en el día a día y ofrezca resultados a corto plazo para recuperar la estabilidad financiera.
Calcula la cantidad de deuda exacta
Lo primero que debes hacer es calcular exactamente lo que debes. Para ello, puedes consultar los listados de morosidad y tu historial crediticio de manera que puedas elaborar un plan lo más exacto posible.
Crea un presupuesto
Si quieres recuperar el control de tus finanzas, es importante que conozcas al detalle cuánto ganas, qué pagos fijos tienes y de cuáles podrías prescindir. Te recomendamos crear un presupuesto con las siguientes categorías: ingresos, gastos indispensables y gastos no esenciales.
Aplica la regla 50/30/20
Una vez tengas elaborado tu presupuesto, comienza a aplicar la regla 50/30/20 y establece metas financieras realistas. Recuerda que tu principal objetivo antes de ahorrar será saldar las deudas pendientes para no seguir acumulando impagos y que los intereses te asfixien.
Diseña un plan de pagos
Establece un calendario teniendo en cuenta tus ingresos y las fechas de vencimiento de las cuotas o la domiciliación de los pagos. Otra opción es solicitar una consolidación de la deuda (es decir, solicitar un préstamo con intereses más bajos y con cuotas mensuales menos onerosas para poder pagar con más facilidad), pedir a tu entidad financiera una reestructuración de la deuda o contratar un servicio de reparación de deuda que negocie el pago con tus acreedores mientras te diseña un plan de ahorro.
Cuando una entidad de crédito recibe una solicitud de préstamo, lo primero que hace es consultar los listados de morosidad para asegurarse de que el solicitante podrá hacer frente al pago de las cuotas con holgura. Así pues, si te encuentras en una situación de sobreendeudamiento, lo más probable es que no te concedan la cantidad solicitada o te apliquen unos intereses muy elevados debido al riesgo de la operación. Por ese motivo, es importante mantener en todo momento una economía saneada elaborando un presupuesto y siguiendo un plan de ahorro cómodo, realista y efectivo.