Regla-50-30-20-ahorrar.jpg

La regla 50-30-20 para ahorrar


01.02.2024

Escrito por: Bankinter Consumer Finance


En los últimos años, la inflación ha repercutido directamente en la capacidad de gasto de las familias y por tanto, en el ahorro. Sin embargo, disponer de un pequeño colchón financiero es imprescindible para tener una economía saneada, rentabilizar los ingresos y alcanzar cualquier meta a largo plazo. La regla 50-30-20 es un método para ahorrar sencillo y práctico que, además, te permite llevar un control de lo que gastas mensualmente.

¿Qué es la regla 50-30-20?

La regla 50-30-20 es un método de ahorro sencillo que se adapta a cualquier salario y perfil financiero. Se trata de una fórmula que popularizó la senadora y académica estadounidense Elizabeth Warren y su hija Amelia Warren Tyagi en el libro All Your Worth: The Ultimate Lifetime Money Plan y que consiste en dividir los ingresos mensuales en tres categorías y destinar a cada una un porcentaje concreto de los ingresos:

  • Necesidades básicas (un 50 %)
  • Caprichos (un 30 %)
  • Ahorro para el futuro (un 20 %)

¿Cómo funciona?

A diferencia de otras fórmulas financieras complejas, la regla 50-30-20 simplifica la administración de las finanzas de cualquier hogar dividiendo los ingresos netos en tres categorías: necesidades básicas, caprichos y ahorro o amortización de deuda. A partir de ahí, dedica un porcentaje de los ingresos fijos mensuales a cada categoría. Su filosofía es clara, cuando se sabe exactamente cuánto se puede gastar en cada ámbito de la vida, resulta más sencillo ceñirse a un presupuesto y controlar los gastos.

El 50 % para cubrir los gastos del día a día

Lo ideal para mantener una economía saneada y poder ahorrar es no destinar más del 50 % de los ingresos mensuales a cubrir las necesidades básicas de una persona o grupo familiar. Así, con la regla 50-30-20, separarías la mitad del salario para los siguientes gastos:

  • Alquiler o hipoteca.
  • Suministros, como la luz, el agua o el teléfono.
  • Alimentos de primera necesidad
  • Transporte
  • Seguros
  • Impuestos

El 30 % para bienestar

Efectivamente, ahorrar es importante y más cuando hemos adquirido algún tipo de deuda, pero la vida no tendría sentido sin esos pequeños placeres que nos hacen más llevaderas las obligaciones diarias. Así, el 30 % de tu presupuesto mensual se reservaría a esos gastos secundarios o de ocio:

  • Salir a cenar.
  • Ir al cine.
  • Suscribirse a plataformas, periódicos o revistas.
  • Practicar algún deporte.
  • Ir de vacaciones.

El 20 % para ahorrar o amortizar una deuda

Por último, pero no menos importante, el 20 % restante de tu salario se apartaría para crear un colchón financiero o fondo de emergencias ante cualquier contingencia, alcanzar una meta que te hayas fijado (como dar la entrada de una casa, comprar un coche o emprender un negocio) o invertir. Lo habitual en los métodos tradicionales para ahorrar es aplicar la fórmula «ingresos menos gastos» para obtener la cantidad que se puede ahorrar cada mes. La fórmula 50-30-20 busca precisamente lo contrario, saber qué ahorro debes obtener para descontarlo directamente de la nómina y, de este modo, llevar un control más exhaustivo de tus finanzas. En otras palabras, no dejar al azar tu capacidad de ahorro y saber con exactitud qué dinero extra tendrás al final del año.

Ejemplo de regla 50-30-20

Ahora que ya conoces la teoría, vamos a mostrarte un ejemplo práctico de cómo utilizar la regla 50-30-20 con un salario medio. Por ejemplo, si tus ingresos netos mensuales son de 1500 euros, destinarías 750 euros a las necesidades básicas, 450 a los gastos no esenciales y reservarías 300 euros para alcanzar tu objetivo financiero a final de año. Si cumplir con estos porcentajes se te pone muy cuesta arriba, no te preocupes, siempre puedes ajustarlos acorde a tu realidad, por ejemplo, reservando un 60 % para los gastos imprescindibles, un 20 % al ocio y otro 20 % al ahorro o incluso una proporción del 70-20-10. Cualquier esfuerzo merecerá la pena.

¿Qué hacer antes de usar la regla 50-30-20?

¿Te ha convencido este método para ahorrar? Pues ahora vamos a ver qué tienes que hacer para empezar a usar la fórmula 50-30-20 con eficacia.

Paso uno: Calcula tus ingresos netos

Lo primero que tienes que comprobar es la cantidad neta que ingresas cada mes. Si eres trabajador por cuenta ajena, es sencillo, solo tienes que fijarte en la suma que ingresa la empresa en tu cuenta bancaria mensualmente o revisar una de tus nóminas. Por contra, si trabajas como autónomo, a las facturas que cobras debes descontarles la cuota de tu actividad profesional y los impuestos.

Paso dos: Revisa los gastos de los dos últimos meses

A continuación, necesitas determinar los gastos recurrentes que tienes. Para que este análisis sea completo lo mejor es repasar todos los gastos de los dos últimos meses, recopilando extractos bancarios, tiques de compra o ayudándote de la aplicación financiera que utilices. Coloca ya cada importe en su categoría: necesidad básica, capricho o ahorro. Puedes ayudarte de una hoja de Excel para que el proceso sea claro y visual.

Paso tres: ajusta tus gastos a la regla 50-30-20

¡Ya casi lo tienes! Ahora solo te queda ajustar tu presupuesto a la regla 50-30-20. Asegúrate de diferenciar bien entre gastos imprescindibles y prescindibles; el gimnasio, aunque el deporte sea necesario para mantener un buen estilo de vida, no deja de ser un capricho que puedes sustituir por un largo paseo o salir a correr.

Controla tus gastos desde una misma app

Si lo tuyo no son las hojas de cálculo, en Bankinter Consumer Finance te lo ponemos fácil para que puedas empezar a aplicar la regla 50-30-20 desde el primer día. Con la app bkswipe podrás gestionar todos tus gastos desde una misma plataforma. No necesitas cambiar de banco, tan solo tienes que agregar las cuentas que quieras controlar y desde un mismo sitio verás todos los movimientos en tiempo real. Además, llévate una tarjeta de débito virtual gratis y úsala desde la app. Y si no quieres que un cargo inesperado te trastoque tu plan financiero 50-30-20, puedes swipearlo, recuperar el dinero y pagarlo luego en cómodos plazos mensuales.