Vigilar nuestros gastos recurrentes es el primer paso para ahorrar y alcanzar la deseada estabilidad financiera. Sin embargo, mientras algunos cobros mensuales son fáciles de controlar, como el pago del alquiler, la cesta de la compra o los carburantes, hay otros que pasan desapercibidos, como los gastos vampiro, y terminan mermando nuestro presupuesto sin que nos demos cuenta.
Ejemplos de gastos vampiro
Haces un presupuesto concienzudo con todos tus ingresos y gastos, llega el final del mes, revisas tu cuenta del banco y ves que hay menos dinero en efectivo del que esperabas. ¿Qué ha pasado? La causa de ese desajuste puede deberse a los gastos vampiro. Se trata de pequeños cobros que no detectamos y que poco a poco van desangrando nuestra cuenta corriente. De ahí viene el uso del término «vampiro» por el siniestro personaje literario. Por lo general, se trata de suscripciones que no utilizamos, aumentos de tarifas que no nos han notificado correctamente o gastos energéticos que no localizamos.
Suscripciones a servicios superfluos
Esto se da cuando contratamos servicios de telefonía, nos damos de alta en alguna plataforma online o nos apuntamos al gimnasio que hay debajo de casa. Normalmente, las compañías nos proponen ofertas para que adquiramos el servicio más completo. Sin embargo, cuando nos queremos dar cuenta, no utilizamos todas las prestaciones, pagamos más canales digitales de los que tenemos tiempo de ver y apenas pisamos las clases de spinning una vez al mes. Lo ideal es ajustar tus contratos de forma realista a aquello que vas a utilizar.
Ojo a las facturas domiciliadas
Hay ciertos servicios que por su tipología tienden a domiciliarse: la luz, el gas, los seguros o el mantenimiento de las tarjetas bancarias. Damos por hecho que la tarifa mensual de estos productos es fija y no cambia de un año para otro. Muchos de estos contratos tienen una duración determinada. Por lo que, una vez transcurrido el tiempo pactado, las condiciones pueden variar. Aunque las compañías están obligadas a notificarlo inmediatamente, muchas veces estos avisos llegan a nuestro correo electrónico o al buzón online del área del cliente donde nos pueden pasar desapercibidos fácilmente.
Fugas de energía y averías
Otros ejemplos de gastos vampiro son los escapes de agua (ese grifo o cisterna que gotea y nunca arreglamos), los electrodomésticos antiguos que ya no son eficientes, las ventanas que no aíslan bien y nos obligan a utilizar más energía para acondicionar la casa o los dispositivos electrónicos que mantenemos conectados, aunque no los estemos utilizando. Estos pequeños gestos, además de aumentar nuestra huella de carbono y perjudicar al planeta, actúan directamente sobre nuestro bolsillo generando un gasto extra totalmente innecesario.
¿Cómo evitar los gastos vampiro?
La mejor manera de eliminar los gastos vampiro es llevar un seguimiento mensual de tu economía familiar controlando cada factura que llega y su importe. Lo más cómodo es que te hagas con una app de gestión de finanzas como nuestra app bkswipe que te permite gestionar todos tus bancos desde un solo lugar. Además, dispondrás de una cuenta online gratuita donde podrás domiciliar todos tus recibos para que no se te escape nada.
- Revisa todas las suscripciones: comprueba qué plataformas de streaming usas, cuáles son las aplicaciones del móvil que tienes instaladas y los programas informáticos por los que estás pagando. ¿Los utilizas todos? ¿Puedes prescindir de alguno o cambiar a una suscripción más económica?
- Comprueba tus contratos: lo primero que tienes que hacer es asegurarte de que los suministros que tienes contratados cubren tus necesidades. Por ejemplo, ¿la potencia de luz que tienes en el hogar es la correcta o es excesiva? Si trabajas fuera de casa, quizá puedas cambiar a un plan por franjas horarias donde puedas aprovechar las horas valle. Asimismo, vigila si tu contrato de telefonía ha sufrido alguna modificación o si los seguros del coche y el hogar han mantenido su tarifa con el cambio de año. Si no es así, quizá sea el momento de buscar otra compañía.
- No descuides el mantenimiento: es importante hacer una revisión periódica de la caldera, los radiadores, las puertas y ventanas, así como de los grifos y las tuberías. Si percibes alguna avería, cuanto antes la soluciones más beneficioso será para tu bolsillo a largo plazo. Es cierto que en un primer momento puede suponer un importante desembolso económico, pero recuerda que siempre puedes contar con un préstamo personal para no dejar tu cuenta en números rojos.
La gestión de nuestras finanzas personales no es algo que nos enseñen en los planes educativos. Hay personas que adquieren ciertos hábitos positivos desde pequeños porque los ven en sus casas, pero la mayoría llegan a desesperarse porque no saben a dónde se les va el dinero. Tomar las riendas de nuestra economía es uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos en nuestro día a día, pero, como ves, conociendo ciertos conceptos básicos y llevando un seguimiento con la ayuda de una app financiera, podemos llegar a mejorar nuestros hábitos de ahorro y alcanzar nuestras metas financieras fácilmente.
