En las últimas décadas, los planes y fondos de pensiones están adquiriendo un protagonismo cada vez más importante en España. La pensión proporcionada por el sistema público de la Seguridad Social suele ser inferior al salario que percibía el trabajador antes de su retiro. Una solución efectiva para contrarrestar esta brecha son los planes de pensiones o de jubilación. Estos instrumentos financieros permiten acumular un capital que, sumado a la pensión estatal, garantiza unos ingresos parecidos y una calidad de vida similar a la que se disfrutaba en la etapa laboral.
Aunque la finalidad de ambos productos es la misma, un sistema de ahorro para complementar la jubilación, existen diferencias importantes entre un plan de pensiones y un plan de jubilación que es necesario conocer para poder elegir la solución que mejor se ajuste a nuestras metas financieras.
¿Qué es un plan de pensiones?
El plan de pensiones es un producto de ahorro destinado a crear un fondo para la jubilación en el que el titular ingresa un capital periódicamente. El gestor del instrumento financiero lo invierte en distintos activos del mercado, en función del riesgo del tipo de producto elegido. Finalmente, los rendimientos se cobran a largo plazo, de una sola vez o como renta vitalicia al alcanzar la jubilación.
¿Qué es un plan de jubilación?
Por su parte, el plan de jubilación es un seguro de vida que acumula capital a lo largo del tiempo, mediante pequeños ahorros periódicos (el pago de las primas para mantener vigente el contrato), que se utilizará en el futuro, normalmente cuando finaliza la etapa laboral. En este acuerdo, el asegurador se obliga a abonar al beneficiario un importe al vencimiento del contrato más una aportación de las ganancias financieras obtenidas de las primas abonadas. La rentabilidad se fija periódicamente en función de la situación de los mercados y su evolución.
En definitiva, los planes de jubilación son más conservadores y menos rentables que los planes de pensiones, que invierten en los mercados financieros. En cambio, los seguros de jubilación garantizan el capital principal y el interés mínimo al vencimiento, por lo que los niveles de riesgo son muy bajos.
Principales diferencias entre un plan de pensiones y un plan de jubilación
Los planes de pensiones y de jubilación son dos fórmulas diferentes que tratan de cubrir las necesidades económicas que se le plantean a la mayoría de las personas tras la reducción de los ingresos como consecuencia de la jubilación. A continuación, vamos a ver las características de uno y otro para averiguar cuál nos interesa más en función de nuestro perfil financiero.
Liquidez
La liquidez de los planes de pensiones está determinada a que se den las contingencias o situaciones excepcionales que contempla la ley: jubilación, incapacidad laboral, dependencia, enfermedad grave, desempleo de larga duración o fallecimiento (en este caso en favor de los beneficiarios o herederos legales).
Los planes de jubilación aportan mayor flexibilidad, ya que permiten la cancelación o el rescate parcial según las condiciones recogidas en la póliza. No obstante, hay que tener en cuenta que, dependiendo de la entidad, el incumplimiento de alguna de las cláusulas del contrato puede derivar en el pago de comisiones.
Rentabilidad
Los planes de jubilación suelen ofrecer una rentabilidad menor que los planes de pensiones. Esto se debe a que el fondo de pensiones es un producto financiero que invierte en distintos activos del mercado que, en función del riesgo, aportan mayor o menor rentabilidad al año. Por otro lado, los planes de jubilación son más seguros, ya que garantizan una rentabilidad mínima.
Fiscalidad
El gobierno incentiva las aportaciones de los planes de pensiones con desgravaciones fiscales. En cambio, cuando se produce el rescate, todo el capital percibido por el titular (tanto el principal como las rentabilidades obtenidas) se considera «rendimientos del trabajo» y como tal se suma a la base imponible del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF).
En el caso de los planes de jubilación, no existen beneficios fiscales en el momento de la aportación, pero la tributación es menor cuando se rescata el capital. Cuando el titular decide disponer del dinero invertido en estos productos, solo paga el IRPF correspondiente a la rentabilidad obtenida. En otras palabras, solo abona impuestos por la diferencia entre el dinero rescatado y las primas aportadas.
El desafío que plantea el envejecimiento de la población, por un lado, y el consiguiente crecimiento del gasto, por otro, unido al descenso del número de nacimientos, es un problema que deben enfrentar los gobiernos y del que tiene que informarse los ciudadanos para tomar sus propias decisiones y adaptarse a los cambios. El ahorro es una poderosa herramienta para mantener la estabilidad financiera en todas las etapas de la vida. Por ese motivo, es importante comenzar cuando nos incorporamos al mercado laboral, ser constantes, no despreciar el ingreso de pequeñas cantidades en épocas complicadas o invertir en sistemas de previsión social individual. Además, si en algún momento te surge un imprevisto y no quieres reducir tu aportación al plan de pensiones o de jubilación, recuerda que puedes contar con un préstamo personal de hasta 30 000 euros de bankintercard sin necesidad de cambiar de banco ni gastos de apertura o mantenimiento. ¡Qué nada modifique tus planes!