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¿Qué tipos de cuentas bancarias existen?


07.03.2024

Escrito por: Bankinter Consumer Finance


Hoy en día la flexibilidad y la eficiencia en todos los aspectos de la vida son fundamentales, sobre todo cuando se trata de gestionar nuestro dinero. Por ello, las entidades financieras han desarrollado nuevos servicios para ofrecer cuentas bancarias que se adapten a las expectativas y necesidades de los clientes.

Para encontrar la que mejor se ajuste a nuestros intereses, es necesario conocer los tipos de cuentas bancarias que existen y las características de cada una. Las más habituales son la cuenta corriente, la cuenta nómina, la cuenta remunerada y la cuenta de ahorro. A continuación, vamos a ver qué ventajas ofrece cada una en función de si quieres ahorrar, obtener beneficios por esos ahorros, iniciar un nuevo negocio o invertir y sacar algo de rentabilidad.

¿Qué es una cuenta bancaria?

La cuenta bancaria es un depósito de dinero que permite a su titular el ingreso de cantidades y la realización de operaciones financieras como, por ejemplo, pagar recibos, domiciliar la nómina, realizar transferencias a terceros o consultar los movimientos bancarios. Suele llevar asociada, en la mayoría de los casos, una tarjeta de crédito o débito para realizar pagos o realizar compras en comercio físico u online y su contratación puede tener gastos asociados o comisiones de mantenimiento según la entidad.

Cuenta corriente

La más generalizada es la cuenta corriente, ya que dispone de todas las prestaciones necesarias y para abrirla no hace falta vincular una nómina o recibo. Además, tiene asociada una tarjeta de débito que permite retirar dinero en efectivo de los cajeros automáticos o pagar en establecimientos. Por el contrario, este producto no ofrece grandes beneficios por el hecho de tener el capital ingresado. Así pues, esta cuenta bancaria está pensada para usuarios que no tienen muchos ingresos o que buscan un contrato sencillo, sin vinculaciones ni grandes requisitos.

Cuenta de ahorro

La función principal de una cuenta de ahorro es remunerar el dinero depositado por el cliente durante el periodo que se mantenga en el banco, por lo que se trata de la mejor opción si queremos ver aumentar nuestro capital, ahorrar a largo plazo y, además, percibir intereses. Además, se trata de un tipo de ahorro flexible, ya que nos permite tanto incrementar el capital ingresado como acceder al dinero cuando lo necesitemos o realizar transferencias a otras cuentas. Entre sus desventajas está que presenta más limitaciones que el resto de productos, ya que no permite domiciliaciones ni se pueden vincular a ella tarjetas de débito o de crédito.

Cuenta nómina

La cuenta nómina es la más utilizada por los trabajadores por cuenta ajena. Entre los requisitos para poder abrirla está la presentación de una nómina, aunque algunas entidades bancarias aceptan también la domiciliación de algún recibo u otro tipo de ingreso. Este producto financiero es el más completo de todos y ofrece múltiples ventajas: permite devolver recibos, aplica descuentos en muchos servicios, ofrece de forma gratuita tarjetas de crédito asociadas e incluso premia a los clientes con regalos. Además, en la mayoría de los bancos, el titular de una cuenta nómina está exento de pagar comisiones por labores de gestión o mantenimiento.

Cuenta remunerada

La cuenta remunerada combina las prestaciones de una cuenta de ahorro y una cuenta corriente. Al igual que la primera, está pensada para obtener rentabilidad, pero, además, ofrece todos los servicios de una cuenta corriente: domiciliar pagos, realizar transferencias, disponer de liquidez de manera inmediata, utilizar la red de cajeros automáticos y disponer de tarjetas de crédito o débito asociadas. La principal característica de esta cuenta es que ofrece un interés más alto que las de ahorro, en función del saldo y de unos tramos preestablecidos. Además, a la hora de retirar el dinero, la disponibilidad es inmediata. En otras palabras, el dinero puede extraerse en cualquier momento, en cualquier sucursal del banco o en un cajero. De igual modo, es un producto financiero fácil de contratar y de bajo riesgo, cubierto por el Fondo de Garantía de Depósitos. Por otro lado, la titularidad de esta cuenta conlleva el pago de comisiones, así como de intereses cuando se realiza alguna operación, por lo que es importante conocer previamente las condiciones del contrato de apertura para no llevarnos luego sorpresas.