La tecnología NFC forma parte de nuestra vida diaria. La utilizamos en el hogar, en el transporte público y también cuando nos identificamos en el trabajo. Un ejemplo de este uso son las tarjetas del metro o autobús, las tarjetas de crédito y débito contactless o las etiquetas NFC para automatizar acciones cuando llegamos a casa.
NFC (near-field communication) es una tecnología de comunicación inalámbrica de alta frecuencia que permite la conexión entre dispositivos con el objetivo de identificarse o de intercambiar información. La NFC funciona en la banda de frecuencia 13,56 MHz. Cuando dos dispositivos con capacidades NFC se acercan a una distancia muy corta (generalmente unos pocos centímetros) pueden intercambiar datos sin necesidad de cables. Existen dos escenarios en este tipo de comunicaciones:
- Activo: Cuando ambos dispositivos pueden producir su propia señal.
- Pasivo: En el supuesto de que uno origine la radiofrecuencia y el otro aproveche esta modulación para transferir la información.
Por otro lado, esta tecnología tiene una tasa de transferencia de 424 kbit/s, por lo que la velocidad de comunicación es prácticamente instantánea. Otra característica es que un dispositivo puede enviar y recibir información simultáneamente y, a diferencia del bluetooth, no hace falta una configuración previa entre los terminales que van a realizar la conexión.
¿Dónde se utiliza la tecnología NFC?
El desarrollo de los dispositivos móviles, junto con la mejora en las telecomunicaciones y la expansión de redes como el 5G, han permitido que este sistema de comunicación de campo cercano gane popularidad. Hoy en día es habitual hacer pagos con el smartphone, utilizar un bonometro contactless o sincronizar automáticamente un dispositivo con otro para controlar, por ejemplo, la temperatura del hogar cuando llegamos a casa. A continuación, detallamos algunos de los usos más extendidos:
Autentificación
El NFC comprueba la identidad de personas o productos para evitar fraudes y falsificaciones. Por ejemplo, cuando acercamos al datáfono nuestra tarjeta de crédito, esta tecnología la detecta y la autentifica para poder aceptarla.
Pagos a través del móvil
Los teléfonos móviles de última generación disponen de la tecnología NFC para poder pagar de la misma manera que con una tarjeta de crédito o débito, acercando el teléfono al datáfono. Para ello, la aplicación móvil de la entidad bancaria deberá disponer de esta función y permitir que se vincule el dispositivo con la tarjeta de crédito o débito.
Controles de acceso
La tecnología NFC se utiliza ya como sistema de identificación en edificios de oficinas, recintos o en el transporte público, donde los usuarios acceden directamente con su teléfono inteligente. Además, se está trabajando en el desarrollo de pasaportes o permisos de conducir integrados en los teléfonos móviles para llevarlos encima en todo momento.
Facilitar información
Mediante el contacto del teléfono con una etiqueta NFC se puede recibir automáticamente un documento, dosier o imagen. Algunos ejemplos son la carta de un restaurante, el cartel de un evento o un folleto promocional. Esta práctica, además, contribuye a preservar el medio¿Quambiente al evitar el uso del papel y disminuir la generación de residuos.
Internet de las cosas (IOT)
El uso de etiquetas NFC permite automatizar acciones en el hogar, en el coche o en un local comercial como encender las luces, regular la temperatura o controlar la apertura y cierre de cerraduras electrónicas. Esta tecnología facilita también el día a día de las personas mayores, ya que se pueden configurar varias etiquetas para que con solo pasar el dispositivo sean capaces de iniciar una videollamada o enviar un mensaje de emergencia si necesitan algo.
¿Cómo de segura es la tecnología NFC?
La tecnología NFC se utiliza en campos muy sensibles como el sector financiero, los accesos a entidades con información confidencial o el propio hogar. Por ello, uno de los principales temores es la seguridad de las NFC.
Es una realidad que la tecnología NFC está expuesta a problemas de seguridad inherentes a su modo de funcionamiento. Entre las principales amenazas están la escucha secreta o a escondidas, la alteración de la información transmitida y los ataques para el robo de los datos. No obstante, ya se han desarrollado contramedidas para combatir este tipo de cibercrímenes como el uso de mecanismos de cifrado en la comunicación, métodos de autentificación secundarios (como el escáner de huellas dactilares o la activación desde un segundo dispositivo o aplicación móvil) o el uso de tarjetas de protección que bloquean este tipo de señales y que se colocan en el monedero junto con las tarjetas NFC que se quieran proteger.
En la actualidad, gestos tan cotidianos como pagar en la gasolinera con nuestra tarjeta de crédito o escuchar Spotify en cualquier lugar con nuestros auriculares inalámbricos nos parecen algo de lo más normal. Sin embargo, todo ello no sería posible sin la tecnología NFC. Recuerda que para sacarle el máximo partido debes utilizarla contemplando todas las medidas de seguridad necesarias y siempre a través de entidades de confianza.
