El protocolo es el conjunto de reglas establecidas por norma o por costumbre para ceremonias y actos oficiales o solemnes. Aunque en la actualidad las bodas son cada vez más flexibles y creativas, siguen manteniendo ciertas pautas básicas de protocolo que ayudan a organizar el evento para que todo salga perfecto. Conocer estas reglas es fundamental tanto si estás preparando el convite como si debes acudir como invitado.
En este artículo te mostramos las normas esenciales que rigen tanto las bodas tradicionales como las ceremonias civiles, basándonos en los consejos de la Escuela Internacional de Protocolo y del Instituto Superior de Protocolo y Eventos. ¡Toma nota y prepárate para brillar!
Invitación
Si estás organizando tu boda, ten en cuenta que la invitación no es solo una convocatoria, sino también una forma de trasladar el estilo del evento que estás planeando. A través de ella, tendrás que definir el protocolo que deseas seguir, en función de si se trata de una boda tradicional o una celebración más informal.
En el caso de los invitados, recuerda dar la enhorabuena a la pareja una vez recibas la invitación y confirmar o no tu asistencia para que los novios puedan organizar el acto con tiempo suficiente. Además, si tienes alguna alergia o intolerancia alimentaria, este es el momento adecuado para informarles, de modo que puedan considerarlo en el momento de diseñar el menú.
Regalos
Es importante que los novios señalen qué tipo de regalos prefieren recibir. Esto puede hacerse a través de una lista de bodas o proporcionando una cuenta bancaria destinada a cubrir gastos específicos, como la luna de miel o ciertos detalles del evento.
Por su parte, los invitados suelen demostrar su aprecio hacia la pareja con un regalo acorde con el coste estimado del cubierto. Si, por alguna razón, no puedes asistir a la celebración, lo más correcto es enviar un pequeño detalle como muestra de agradecimiento por la invitación.
Código de vestimenta
El protocolo de vestimenta en una boda define las normas de etiqueta que se deben seguir para no desentonar y asegurar que el evento sea todo un éxito. Estas reglas varían según el género, estableciendo pautas específicas tanto para las mujeres como para los hombres.
Vestido de boda mujer
Según la empresaria y experta en bodas Ana García-Gayoso, el atuendo de las invitadas debe cumplir tres máximas: ser apropiado, decoroso y considerado.
- Apropiado: Las invitadas deben honrar a la pareja eligiendo prendas adecuadas para la ocasión, en consonancia con el tipo de ceremonia y celebración.
- Decoroso: Es preferible evitar escotes pronunciados, transparencias o diseños con los hombros descubiertos, especialmente en bodas religiosas.
- Consideración: La novia es la protagonista indiscutible del día. Por ello, el blanco está reservado exclusivamente para ella, y se desaconseja el negro, que puede considerarse inapropiado en este contexto. En cuanto a la madre de la novia, debe esperar a que la madrina comparta el color de su vestido para elegir el suyo, con el fin de evitar coincidencias.
Además, el protocolo en una boda de día aconseja ir con un vestido por debajo de la rodilla y evitar los adornos o la pedrería excesiva. En cambio, si la celebración es de noche se permite alargar la longitud del vestido y optar por complementos más elaborados.
En cuanto a las pamelas y los tocados, solamente deben utilizarse durante el día y no se pueden retirar en ningún momento.
Traje de boda hombre
El protocolo de vestimenta para hombres es mucho más sencillo en comparación con el de las mujeres. La opción más adecuada es el traje de chaqueta. Si el código de vestimenta indica ir de etiqueta, entonces los hombres deberán lucir chaqué. En cambio, el esmoquin y el frac están considerados atuendos de gala, por lo que no se recomienda elegir estas prendas para una boda, a menos que la invitación lo indique de manera explícita.
En cuanto a los complementos, la corbata es la elección más acertada para la mayoría de las bodas. La pajarita, por su parte, está reservada exclusivamente para combinar con el esmoquin, de acuerdo con las normas de etiqueta para las prendas masculinas.
El protocolo de una boda religiosa
La puntualidad es importante. El novio debe entrar unos minutos antes que la novia y es conveniente que esta no se demore más de diez minutos. El orden en el altar, según indica el protocolo, es el siguiente: de izquierda a derecha, madrina, novia, novio y padrino, o lo que es lo mismo, las mujeres a la izquierda y los hombres a la derecha.
Los invitados deben llegar a la iglesia unos cinco o diez minutos antes que el novio para saludar brevemente a los familiares y amigos en el exterior del templo. Primero accederán al interior los invitados de menor importancia, los que no tengan un papel relevante en el gran día, y ocuparán los asientos más alejados del altar, dejando libres los primeros bancos para familiares y testigos. Después accederán los testigos (los de la novia se sentarán a la izquierda y los del novio a la derecha), seguidos por los hermanos de los futuros esposos y precediendo a la madre de la novia y el padre del novio. A continuación, llegarán el novio y la madrina. Tras ellos irán los niños con las arras y, por último, la novia, agarrada del brazo izquierdo del padrino.
El orden de salida del templo debe ser a la inversa que el de entrada. Es decir, los primeros en salir serían los novios, seguidos de los padrinos, padres de la pareja, etc. Sin embargo, aunque es menos protocolario, en la actualidad, se prefiere que los invitados esperen a los novios en el exterior de la iglesia.
El protocolo de una boda civil
El protocolo de la boda civil está más pautado, pero ofrece mayor flexibilidad para personalizar los momentos importantes, sobre todo si el acto se lleva a cabo fuera del Registro Civil. Esta ceremonia no dura más de treinta minutos, ya que suele haber otros actos inmediatamente antes y después, por lo que es muy importante la puntualidad tanto de los novios como de los invitados. Lo ideal es citarlos media hora antes para asegurarte de que todos estarán presentes.
La pareja debe solicitar la presencia de al menos dos personas que oficien como testigos durante la ceremonia civil. Generalmente, se elige a familiares o amigos con capacidad legal para dar valor al acto público.
La entrada de la pareja se asemeja a la de una ceremonia religiosa, pero la vestimenta puede ser más moderna y relajada. El momento más importante del acto, es cuando el juez cita el motivo de la reunión y pregunta a los novios si asisten libremente y por voluntad propia. La lectura inicial es opcional y puede tratarse de textos elegidos por la pareja y los testigos. Lo que sí forma parte del protocolo oficial es la lectura de los artículos del código civil que hablan del contrato matrimonial y que quedan a cargo del juez. A continuación, llega el momento más emotivo de la boda civil, el intercambio de votos y la colocación de las alianzas.
Por último, la pareja y los testigos proceden a la firma de las actas y al estampado de la huella digital.
El convite y el baile
Tras la ceremonia, llega el momento del convite de bodas. En la mesa presidencial suelen situarse los novios acompañados de sus respectivos padres. El resto de los invitados se distribuye en mesas organizadas por proximidad a la pareja, comenzando por los familiares más cercanos y siguiendo con los amigos y otros allegados.
Después del segundo plato, los novios suelen recorrer las mesas para saludar a sus invitados y agradecerles personalmente su asistencia. El protocolo dicta que, salvo casos de extrema necesidad, los asistentes no deben abandonar su asiento hasta que sean invitados a la pista de baile.
El inicio de la fiesta está marcado por el tradicional vals, protagonizado por los recién casados. Después, el padrino puede bailar con la novia y la madrina con el novio. Al finalizar la pieza elegida para dar comienzo al baile, todos pueden unirse a la pista.
Como has podido comprobar el protocolo, tanto de una ceremonia religiosa como civil, no debe tomarse como una imposición, sino como una guía para mantener el orden y garantizar que cada momento sea especial y significativo. En definitiva, el objetivo principal de un protocolo para bodas es que tanto anfitriones como asistentes se sientan cómodos y sepan cómo actuar en cada momento, para que solo tengan que preocuparse de disfrutar.
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