Desde la liberalización del sector eléctrico en 1997, las comercializadoras españolas ofrecen varios tipos de tarifas de luz. Aunque algunas ofertas pueden resultar muy tentadoras, no necesariamente son las que más nos benefician. Por esta razón, conocer las características y condiciones de los contratos de luz es fundamental para seleccionar la opción que mejor compagine con nuestros horarios, estilo de vida y consumo.
Tarifas reguladas o PVPC
La tarifa regulada por el Ministerio de Transición Ecológica se llama PVPC (Precio Voluntario al Pequeño Consumidor). Esta modalidad de tarificación se rige por el precio de la energía en el mercado mayorista, por lo que cambia cada día y hora. Entre sus ventajas está que permite beneficiarse de precios reducidos en horas de baja demanda, pero es muy volátil, lo que complica prever a cuánto ascenderá nuestra factura de luz a final de mes.
Otro factor que se debe tener en cuenta es que uno de los requisitos para beneficiarse del bono social es tener contratada la electricidad en el mercado regulado. El bono social es un descuento que se aplica sobre el PVPC fijado por el Gobierno, con el objetivo de proteger a los colectivos de consumidores más vulnerables. En la actualidad, más de 1,5 millones de hogares españoles se benefician de esta ayuda.
Tarifas eléctricas indexadas
Algunas compañías ofrecen un tipo de tarifa muy similar a la PVPC, las tarifas eléctricas indexadas. En este tipo de contrato, la comercializadora cobra una pequeña comisión por cada kilovatio hora (kWh) que añade al precio de compra en el mercado mayorista. Esta opción puede ser beneficiosa en periodos en los que el precio de la electricidad es bajo. No obstante, el coste varía cada día, por lo que requiere una vigilancia continua del mercado y una adaptación constante del consumo para el ahorro.
Por otro lado, la principal diferencia con la tarifa regulada es que estas empresas suelen ofrecer a sus clientes otras ventajas, como descuentos o servicios adicionales.
Tarifa plana o precio fijo
En el otro extremo nos encontramos con las tarifas de luz que mantienen un mismo precio a cualquier hora del día. Con esta modalidad, el usuario paga una cuota fija cada mes, acordada previamente con la compañía eléctrica en función de su consumo estimado anual. De este modo, no tendrá que preocuparse de comprobar el precio de la luz cada hora para ajustar su consumo. La tarifa plana o precio fijo es ideal para quienes desean controlar sus gastos y saber qué van a pagar de luz a final de mes.
Tarifas con discriminación horaria
Las tarifas con discriminación horaria dividen el día en franjas de consumo, cada una con un coste distinto. Ofrecen un punto intermedio entre estar protegido ante los posibles altibajos del mercado eléctrico y sacar el máximo provecho del ahorro que supone adaptar nuestros hábitos de consumo a los horarios más económicos. Por lo general, las tarifas se dividen en tres tramos.
Horario punta
El tramo punta se corresponde con las horas de mayor demanda de energía, cuando la electricidad es más cara. Este periodo comprende entre las 10:00 y las 14:00 y, nuevamente, de 18:00 a 22:00, de lunes a viernes; no incluye los festivos.
Horario valle
El horario valle es el tramo más económico, ya que coincide con las horas de menor demanda, cuando la energía está más barata. Comprende la franja nocturna, desde las 00:00 hasta las 08:00, y los fines de semana, así como los festivos nacionales.
Horario llano
Entre el tramo punta y valle se sitúa el horario llano, con un precio intermedio. Este periodo varía en función de la época del año, pero, en la mayoría de los casos, va de 08:00 a 10:00 y de 14:00 a 18:00, los días laborables.
Para optimizar el ahorro en una tarifa con discriminación horaria, se recomienda concentrar el consumo en el horario valle y, en la medida de lo posible, en el horario llano, reservando el horario punta para un consumo mínimo.
En definitiva, que una tarifa de luz sea buena o mala dependerá del usuario y sus hábitos de consumo. Hay consumidores que valoran más tener la tranquilidad de poner en marcha los electrodomésticos a cualquier hora del día y pagar siempre lo mismo, mientras que otros preferirán aprovechar los momentos en los que el precio de la electricidad sea más bajo para abaratar su factura. Todos los tipos de tarifa tienen sus ventajas e inconvenientes.
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