Tradicionalmente, el sector bancario ha desempeñado un papel esencial en la financiación de las sociedades no financieras españolas y los particulares, muy por encima de otras fuentes alternativas. No obstante, en los últimos años, las plataformas de financiación participativa (crowdfunding y crowdlending) han irrumpido con fuerza como modelos complementarios muy interesantes tanto para inversores que buscan diversificar su cartera como para emprendedores o autónomos que necesitan liquidez inmediata. En esta entrada, vamos a analizar estas herramientas de financiación innovadoras para aprovechar al máximo sus ventajas, centrándonos en la diferencia entre crowdfunding y crowdlending.
¿Qué es el crowdfunding?
El crowdfunding, o microfinanciación colectiva, es un mecanismo mediante el cual un proyecto, empresa o iniciativa recauda fondos a través de pequeñas aportaciones de un gran número de personas. Las campañas de crowdfunding se realizan generalmente a través de plataformas especializadas en este tipo de micromecenazgo que facilitan las transacciones y ponen en contacto a los promotores con los donantes.
Este movimiento surgió en la década de los noventa como un modelo destinado a financiar pequeños proyectos culturales a través de la ayuda de particulares que decidían aportar su dinero en forma de donación o a cambio de una recompensa no monetaria. Si el proyecto financiado tenía éxito, los mecenas recibían una contraprestación, recompensas que podían ser desde merchandising del producto hasta una mención en la página web del creador.
Con el paso de los años, el modelo ha evolucionado hasta diferenciarse varios tipos de microfinanciación: crowdfunding de recompensa, en el que se recibe un producto o servicio a cambio de la inversión; crowdfunding de donación, que se basa en aportaciones económicas sin esperar nada a cambio; equity crowdfunding, cuando los inversores reciben una participación accionarial o de capital en la empresa o proyecto financiado.
¿Qué es el crowdlending?
El crowdlending es un tipo de crowdfunding dirigido a financiar proyectos empresariales a través de inversiones de pequeña cuantía realizadas por un grupo de inversores reducido, y cuya recompensa es el retorno de la inversión junto con unos intereses que se estipulan en el contrato de préstamo entre las partes.
En este caso, el modelo de financiación es similar al de una operación de crédito tradicional, en la que los inversores actúan como prestamistas y los prestatarios deben devolver el préstamo más los intereses en un plazo determinado. ¿Por qué se elige este instrumento? Porque, en general, se trata de un tipo de financiación más ágil, económica y sencilla que la que ofrecen los bancos. Además, es un método más seguro para los inversores, que reciben un retorno fijo y predecible y pueden diversificar su cartera.
El perfil de usuario es el de pequeñas empresas que quieren desarrollar un nuevo producto, comprar maquinaria o ampliar el negocio. Para garantizar la inversión, las plataformas de crowdlending llevan a cabo un análisis de solvencia y calificación de riesgos para cada préstamo. En el caso de los particulares, es más habitual recurrir al préstamo tradicional o a las tarjetas de crédito, como nuestra tarjeta fracciona sin comisiones, con la que puedes financiar tus compras sin intereses para disponer de la liquidez que necesites en cualquier momento.
Diferencias entre crowdfunding y crowdlending
Tanto el crowdfunding como el crowdlending están dentro de la categoría de financiación colectiva. Las diferencias más evidentes entre las plataformas de crowdfunding y crowdlending son el tipo de proyecto en el que se puede invertir y el retorno sobre la inversión que se obtiene en una modalidad y otra. Aun así, es importante conocer otras particularidades para evaluar qué modelo te puede interesar más en un momento dado:
Riesgos
Mientras que en el crowdfunding el donante puede no recuperar su aportación si el proyecto no tiene éxito, ya que, por lo general, no hay garantías ni obligaciones de reembolso, en el crowdlending, el prestatario está legalmente obligado a devolver el capital más los intereses acordados.
Garantías
En el crowdlending, los préstamos suelen estar respaldados por activos tangibles o avales, como la propia empresa. Por el contrario, el crowdfunding suele ser más arriesgado, ya que los proyectos pueden estar en un estadio muy inicial en el que todavía no hay bienes tangibles.
Beneficios
En algunos casos, el crowdfunding ofrece la oportunidad de apoyar proyectos innovadores o causas sociales, con el único beneficio de ser parte del proceso creativo y contribuir al éxito de una idea. En cambio, el crowdlending permite obtener ingresos pasivos a través de los intereses sobre el préstamo.
Rentabilidad
En términos de rentabilidad, el crowdlending ofrece tasas de interés atractivas respecto a otras formas de inversión, como los bonos o depósitos bancarios. Por otro lado, en el crowdfunding la rentabilidad es variable, ya que depende del éxito del proyecto financiado, lo que puede implicar un mayor riesgo, pero también mejores recompensas en caso de éxito.
Como has podido comprobar, ambos modelos de financiación participativa se han consolidado como canales alternativos para que proyectos de diferente naturaleza puedan acceder al capital que necesitan de manera ágil y flexible. Además, es una buena opción para que los inversores puedan diversificar sus carteras, reduciendo así el riesgo de pérdidas significativas en el mercado. No obstante, si lo que necesitas es una inyección de liquidez puntual, te recomendamos recurrir a soluciones más sencillas y fiables como los préstamos bancarios en línea o las tarjetas de crédito, que ofrecen las mismas condiciones de inmediatez y conveniencia.